Viento perdido que vaga por doquier, viento subestimado capaz de todo. Llegas a nosotros bajo el sol de poniente, cuando las nubes nacientes comienzan a dibujarse en nuestras retinas. Mueves un sinfín de detalles, pero pierdes los recuerdos de lo que arrastras. Un día despiertas como aliento de dragón para quemar lo olvidado, para luego atardecer con vestigios helados. Dulce viento que hablas a las almas que pueden oírte, que llevas contigo recuerdos de otras épocas, sueños del pasado. Cuando encuentres tu morada, despiadado elemento, busca entre tus lazos el amor perdido; pues como un niño libre que exploras lo que puedes ver, no descansas a mirarlo, sin tiempo que perder. Puedes coger su alma porque es parte de tus garras, amado viento... Se deja llevar con premura, pues su tiempo ya ha pasado. No más miedos en la noche, no más días que extravié. Cuando llegue mi hora, sueño eterno, concédeme tu beso inmortal y así vagaremos, hasta un nuevo renacer...
Ya llega el invierno...
No hay comentarios:
Publicar un comentario