domingo, 11 de agosto de 2013

Nada que Escribir

La luz de mi cuarto se torna oscura cuando el sol queda escondido tras las blancas nubes de verano. La temperatura comienza a subir nada más encender mi viejo ordenador. La luz de las dos pantallas está ensombrecida con una capa de polvo. La silla del escritorio ha perdido los apoyabrazos y chirría bajo el peso de mi espalda. Por fin aparece el logo de Ubuntu y mis datos son escritos por mis dedos pequeños y nudosos, para acceder a mi escritorio de fondo sombrío. Automáticamente se abre el editor de textos en mi pantalla derecha, vestigio de cuando me entretenía en programar ese tipo de chorradas...
La verdad es que nada de todo esto importa porque no tengo nada que escribir. He sido un necio por pensar que podría sentarme frente al teclado y que sólo con eso me llegaría la inspiración. Las teclas se presentan ahora como muros enormes a mis ojos pequeños e inseguros. Creo que el primer paso es buscar un tema adecuado. Puedo escribir sobre el amor, una pareja en la que uno de los dos individuos ha perdido el deseo, produciendo la pérdida de la pasión por ambos y la llegada de la ruptura. Demasiado triste. En esa misma linea podrían ser dos personas a punto de conocerse pero, por designios del destino, no se entremezclan sus corazones hasta tiempo después. No encuentro nada menos original. Puedo escribir sobre la crisis y la desidia que están asolando el mundo, tanto la económica, como la facilidad que tenemos para explotarnos unos a otros por el provecho de unos pocos. Demasiado radical y trillado. Puedo escribir sobre el daño que hacemos al planeta con todos nuestros vertidos y que todo lo que estamos haciendo es como girar una rueda, tarde o temprano volverá a nosotros. Eso si que está trillado y es radical. Supongo que no existen temas originales en este mundo de artistas despechados. Es posible que la realidad de la vida sea cometer errores en la juventud para comprenderlos a edades tardías. Es improbable que todos me deis la razón en lo que escribo, así que no espero que miréis al cielo en multitud con un desprecio en vuestro rostro. Al contrario tampoco es factible. Pues sigo sin nada que escribir y ya ha llegado la noche. Sin duda lo mejor es dormir, descansar de tu día a día y mañana despertar...

sábado, 6 de julio de 2013

Otro Tiempo Olvidado


Levantó la vista del suelo encharcado de sangre. Sus ojos carmesíes subieron por su armadura negra hacia su brazo derecho, el de su arma. Allí estaba su maldición en forma de espada larga y negra. Las gotas que caían de su hoja le recordaban el paso del tiempo, eran como segundos, largos tramos en una vida demasiado larga. La niebla negra nublaba sus sentidos, siempre la misma niebla. Un mechón de cabello blanco le azotaba la piel del rostro. Blanco era el color de aquel vestido antes de teñirse de escarlata bajo el suave roce de su espada rúnica. Triste fue la canción que brotaba de aquellos labios antes de convertirse en recuerdo. Su mirada se perdió en el olvido de la Umbra para siempre. Fue un momento eterno, ver su cuerpo deslizarse al suelo bajo el viento espeso y cálido de aquel día. Casi podía sentir que su corazón se paraba. Una parte de su alma que ya nunca funcionaba. Allí, en la torre triste, se mezclaron el rojo, el blanco y el negro. Ahora solo vive para eso, para calmar su ansia de rojo sobre negro, de blanco al viento cálido. Una rodilla es levantada mientras recuerda aquel grito. Fue casi un sollozo eterno, una rabia inextinguible, un trozo de vida acallada para siempre. Se puso en pie. Su espalda volvía a sostener el dolor de aquella vida desgraciada. La muerte de su amada pesaba de nuevo sobre sus hombros. Su mirada se reflejó en el cielo y siguió recordando la batalla en aquel castillo maldito. Aquella que era su casa. Allí donde le traicionaron. Exactamente ahí, donde murió su esposa. La fuerza volvió a sus músculos rápidamente. Apretó el puño sobre la espada. Un enemigo estúpido le atacó con un grito de guerra, pronto yacía en el suelo. Su alma alimentaba al monstruo en el que se había convertido el albino. Pronto recordó quién era, el ser en el que se había convertido. Un rayo cayó del cielo sobre su espada que estaba estirada hacia el mismo sobre su cabeza. Nunca sabía si era él el que la movía, no importaba. Recordó su pacto con el duque de los siete infiernos. No descansaría hasta matarlos a todos, ninguno en el mundo se salvaría. Sangre y almas para su señor y su espada endemoniada. Una palabra llegó a sus labios, un conjunto de sílabas desde hace tiempo olvidadas. Poco a poco fue surgiendo a través de su dolorida garganta. A su mente llegó su significado. En otros tiempos fue un nombre, ahora es una maldición que nadie pronuncia. 
- ¡Elric! -dijo el albino al viento, y comenzó de nuevo su cosecha de almas.

Poco después la lucha había terminado. Solo un ser vivo quedó en pie, un ser sin ejército ni bando alguno. Nadie supo nunca el motivo por el cual entró en batalla. Dejó tras de sí el Caos, algo incomprensible para dioses y hombres de otros tiempos...

Otro Tiempo Olvidado

Levantó la vista del suelo encharcado de sangre. Sus ojos carmesíes subieron por su armadura negra hacia su brazo derecho, el de su arma. Allí estaba su maldición en forma de espada larga y negra. Las gotas que caían de su hoja le recordaban el paso del tiempo, eran como segundos, largos tramos en una vida demasiado larga. La niebla negra nublaba sus sentidos, siempre la misma niebla. Un mechón de cabello blanco le azotaba la piel del rostro. Blanco era el color de aquel vestido antes de teñirse de escarlata bajo el suave roce de su espada rúnica. Triste fue la canción que brotaba de aquellos labios antes de convertirse en recuerdo. Su mirada se perdió en el olvido de la Umbra para siempre. Fue un momento eterno, ver su cuerpo deslizarse al suelo bajo el viento espeso y cálido de aquel día. Casi podía sentir que su corazón se paraba. Una parte de su alma que ya nunca funcionaba. Allí, en la torre triste, se mezclaron el rojo, el blanco y el negro. Ahora solo vive para eso, para calmar su ansia de rojo sobre negro, de blanco al viento cálido. Una rodilla es levantada mientras recuerda aquel grito. Fue casi un sollozo eterno, una rabia inextinguible, un trozo de vida acallada para siempre. Se puso en pie. Su espalda volvía a sostener el dolor de aquella vida desgraciada. La muerte de su amada pesaba de nuevo sobre sus hombros. Su mirada se reflejó en el cielo y siguió recordando la batalla en aquel castillo maldito. Aquella que era su casa. Allí donde le traicionaron. Exactamente ahí, donde murió su esposa. La fuerza volvió a sus músculos rápidamente. Apretó el puño sobre la espada. Un enemigo estúpido le atacó con un grito de guerra, pronto yacía en el suelo. Su alma alimentaba al monstruo en el que se había convertido el albino. Pronto recordó quién era, el ser en el que se había convertido. Un rayo cayó del cielo sobre su espada que estaba estirada hacia el mismo sobre su cabeza. Nunca sabía si era él el que la movía, no importaba. Recordó su pacto con el duque de los siete infiernos. No descansaría hasta matarlos a todos, ninguno en el mundo se salvaría. Sangre y almas para su señor y su espada endemoniada. Una palabra llegó a sus labios, un conjunto de sílabas desde hace tiempo olvidadas. Poco a poco fue surgiendo a través de su dolorida garganta. A su mente llegó su significado. En otros tiempos fue un nombre, ahora es una maldición que nadie pronuncia. 
- ¡Elric! -dijo el albino al viento, y comenzó de nuevo su cosecha de almas.

Poco después la lucha había terminado. Solo un ser vivo quedó en pie, un ser sin ejército ni bando alguno. Nadie supo nunca el motivo por el cual entró en batalla. Dejó tras de sí el Caos, algo incomprensible para dioses y hombres de otros tiempos...

lunes, 8 de abril de 2013

Un Sueño de Olvido

Una noche desperté con un dolor en el pecho sin nombre. Abrí mis ojos lo que pude en la situación y suspiré un intento de olvido, una desesperación. Levanté mis pies de la cama con el impulso de un desnutrido y los posé sobre el frío suelo de una cueva oscura y sin rostros. Alzé mi cuerpo en un intento fútil de romper mi curvatura. Caminé solo por el pasillo ignoto para mi mente perturbada y llegué al baño. Saqué el alma por la boca abierta, negra putrefacción de fiestas pasadas. Levanté la cabeza y allí estabas. Tu imagen en el espejo helaba mi alma como un corazón de hielo. Aún recuerdo lo que dijiste, aquellos sonidos pronunciados por tu lengua infecciosa y plagada de venenos malditos. Ahora me encuentro solo y tu imagen me observa en el espejo. Lanzo mi puño como arma destructora y tu figura es borrosa entre miles de trozos de un cristal roto, recordatorio y venganza de lo que hiciste con mi alma. Salgo de esa habitación y vuelvo a la cama. Como todas las veces anteriores, sollozo hasta que el sueño de tus ojos vuelva a desvelarme...

martes, 12 de marzo de 2013

Libre

Esta noche un suspiro de intimidad ha pasado por mi ventana. El aire ha escapado de mi interior y ha dejado un vacío eterno. Ahora sufro en apnea lo que antes vivía conmigo. Los sentidos se agudizan, es la muerte que me ronda. Miles de voces calladas surcan el cielo en algo tan sencillo que es nada. El eterno sonido de la máquina voladora es un suplicio para mis oidos. Me precipito al interior de mi cerebro mientras la oscuridad nocturna oculta el grito de mis ojos. El óvalo de tu cara es nítido ahora frente a mi. Joven y nocturna, torpe y sin alma es la Luna tras tu sombra. Como viento libre desaparece en un pestañeo tu mirada miel de otoño. Me quedo solo, solo tras la reja de mi habitación. Ausente en un mundo sin color o excesivamente lleno, tanto que nunca nos deja ver el sentido. Mi vista se agudiza y puedo ver más allá del mundo. La sociedad anárquica es un mito establecido bajo un velo de tutela política y seres escurridizos. El soñar de unos pocos es el sueño de la mayoría. Las cosas mundanas nos rodean mientras nuestro espíritu yace tras una deuda, donde solo existe la angustia de saberse perdido. Me apoyo en mi reja gris. Su tacto es áspero pero romántico a su manera. Deslizo suavemente mis mejillas por sus barrotes como símil de nuestra libertad. Se me encoge el alma. El olor a muerte es insoportable. Las flores lloran y los árboles suspiran por su infortunio. Casi puedo paladear el fuego en sus ramas. El pequeño brote que creció alto contra todo su mundo. Desafió a tiempo y animal para salir triunfante, seguro en su posición. Ahora es viejo y, pese a sentirse poderoso, llega la hoja que acaba con todos. He despertado. Brote psicótico lo llaman las personas detrás de la sábana que separa mi nuevo espacio. No lo comprenden. Yo he chillado y maldecido por un tiempo, ellos son esclavos en su camino dictado. ¿Quién es el libre y quién el esclavo?

sábado, 9 de marzo de 2013

Algo Triste y Viejo

Es casi una pérdida de tiempo. Mirar el cielo de tus ojos y tener pensamientos oscuros. La belleza es efímera pero te enamoras de ella. Ciego de dolor observas pasar la vida mientras el río se vuelve cada vez menos caudaloso, triste canción gótica que viene y va. Sobre tu pupila azul se dibuja el frío de tus labios, tu corazón embarrado. El sillón agota tu alma mientras el sucio televisor te ilumina, olvidado en una cueva de la que nunca sales a explorar. Piensas en trozos de momentos mejores, una recopilación de sucesos que ya no existen más que en tu cabeza. La mancha en tu mirada es vestigio de muchos amaneceres y tu poca visión demuestra haberlos contemplado todos. El sentimiento más constante es la pena. Poco a poco sucumbes a tus arrugas. Tu respiración es pausada y te tiemblan las rodillas cuando tu cabeza se rinde a su propio peso. Fatigado descansas y huyes del dolor mundano que siempre nos persigue. Duermes. Pronto despertarás con sentimientos encontrados, sin saber si todo esto sirve para algo...

miércoles, 13 de febrero de 2013

Dulce Sueño de Amor Perdido

     Abres los ojos, un suspiro amable sale de sus pulmones en tu dirección. De pronto está sonriendo. Abres tu boca y enseñas los dientes. Se inclina hacia ti y se te eriza el vello de la nuca. Piensas en sus labios y, de repente, los tienes sobre los tuyos. Reaccionas y devuelves el beso. Su lengua se introduce lentamente en tu boca y degustas su dulce sabor. Poco a poco se unen las dos para realizar su danza rítmica, para descubrir todos los recovecos posibles. La acercas con un brazo para girarla con un movimiento suave, ya estás sobre ella. Abres los ojos, separas tu cabeza y la miras. Sus pupilas de miel te devuelven la mirada desde el fondo de su alma. Ya sabes que la quieres, te has enamorado...     De repente suena el reloj, todo ha sido un sueño. Un triste periplo que nunca hubo pasado. Un suspiro que pronto habrás olvidado...

miércoles, 9 de enero de 2013

Salsa

     Entras en la una sala llena de personas. La profesora saluda a todos, sabe lo que hace. El sonido es alto y claro pero no entiendes las palabras. Suspiras y te dices: no puedo, es demasiado difícil. Su voz se alza en el silencio. Comienza la clase, te sientes inútil. Tus pasos son torpes, todos te miran. Intentas hacer unos giros. Miras tus pies y pesan demasiado, como si la mafia te los hubiese llenado de cemento. Un descanso, otra explicación, una cosa más que no podrás hacer. Mueves la manos. Llevas y te dejas llevar....         Los focos te envían su luz artificial y eliminas más líquidos de lo habitual. Tu pareja te mira a los ojos, tu miras tus zapatos de plomo...      De repente todo cambia. Una de las veces te ha salido. Ya no hay nadie en la sala solo tu y él, ella y tu. Los focos ya no te acusan, forman un halo poderoso a tu alrededor. Eres ligero, suave, tan suave que nadie te puede parar. Ya estás en tu escenario. Los demás son solo sombras a tu alrededor y tu eres un clon de tu profesora, exacto y transparente. Lo hiciste. Tus pies alados giran y giran para no parar jamás. Sin duda, puedes hacer lo que quieras con un poco de esfuerzo, ya eres otra persona...Bailas....