martes, 12 de marzo de 2013

Libre

Esta noche un suspiro de intimidad ha pasado por mi ventana. El aire ha escapado de mi interior y ha dejado un vacío eterno. Ahora sufro en apnea lo que antes vivía conmigo. Los sentidos se agudizan, es la muerte que me ronda. Miles de voces calladas surcan el cielo en algo tan sencillo que es nada. El eterno sonido de la máquina voladora es un suplicio para mis oidos. Me precipito al interior de mi cerebro mientras la oscuridad nocturna oculta el grito de mis ojos. El óvalo de tu cara es nítido ahora frente a mi. Joven y nocturna, torpe y sin alma es la Luna tras tu sombra. Como viento libre desaparece en un pestañeo tu mirada miel de otoño. Me quedo solo, solo tras la reja de mi habitación. Ausente en un mundo sin color o excesivamente lleno, tanto que nunca nos deja ver el sentido. Mi vista se agudiza y puedo ver más allá del mundo. La sociedad anárquica es un mito establecido bajo un velo de tutela política y seres escurridizos. El soñar de unos pocos es el sueño de la mayoría. Las cosas mundanas nos rodean mientras nuestro espíritu yace tras una deuda, donde solo existe la angustia de saberse perdido. Me apoyo en mi reja gris. Su tacto es áspero pero romántico a su manera. Deslizo suavemente mis mejillas por sus barrotes como símil de nuestra libertad. Se me encoge el alma. El olor a muerte es insoportable. Las flores lloran y los árboles suspiran por su infortunio. Casi puedo paladear el fuego en sus ramas. El pequeño brote que creció alto contra todo su mundo. Desafió a tiempo y animal para salir triunfante, seguro en su posición. Ahora es viejo y, pese a sentirse poderoso, llega la hoja que acaba con todos. He despertado. Brote psicótico lo llaman las personas detrás de la sábana que separa mi nuevo espacio. No lo comprenden. Yo he chillado y maldecido por un tiempo, ellos son esclavos en su camino dictado. ¿Quién es el libre y quién el esclavo?

sábado, 9 de marzo de 2013

Algo Triste y Viejo

Es casi una pérdida de tiempo. Mirar el cielo de tus ojos y tener pensamientos oscuros. La belleza es efímera pero te enamoras de ella. Ciego de dolor observas pasar la vida mientras el río se vuelve cada vez menos caudaloso, triste canción gótica que viene y va. Sobre tu pupila azul se dibuja el frío de tus labios, tu corazón embarrado. El sillón agota tu alma mientras el sucio televisor te ilumina, olvidado en una cueva de la que nunca sales a explorar. Piensas en trozos de momentos mejores, una recopilación de sucesos que ya no existen más que en tu cabeza. La mancha en tu mirada es vestigio de muchos amaneceres y tu poca visión demuestra haberlos contemplado todos. El sentimiento más constante es la pena. Poco a poco sucumbes a tus arrugas. Tu respiración es pausada y te tiemblan las rodillas cuando tu cabeza se rinde a su propio peso. Fatigado descansas y huyes del dolor mundano que siempre nos persigue. Duermes. Pronto despertarás con sentimientos encontrados, sin saber si todo esto sirve para algo...