La
luz de mi cuarto se torna oscura cuando el sol queda escondido tras
las blancas nubes de verano. La temperatura comienza a subir nada más
encender mi viejo ordenador. La luz de las dos pantallas está
ensombrecida con una capa de polvo. La silla del escritorio ha
perdido los apoyabrazos y chirría bajo el peso de mi espalda. Por
fin aparece el logo de Ubuntu y mis datos son escritos por mis dedos
pequeños y nudosos, para acceder a mi escritorio de fondo sombrío.
Automáticamente se abre el editor de textos en mi pantalla derecha,
vestigio de cuando me entretenía en programar ese tipo de
chorradas...
La
verdad es que nada de todo esto importa porque no tengo nada que
escribir. He sido un necio por pensar que podría sentarme frente al
teclado y que sólo con eso me llegaría la inspiración. Las teclas
se presentan ahora como muros enormes a mis ojos pequeños e
inseguros. Creo que el primer paso es buscar un tema adecuado. Puedo
escribir sobre el amor, una pareja en la que uno de los dos
individuos ha perdido el deseo, produciendo la pérdida de la pasión
por ambos y la llegada de la ruptura. Demasiado triste. En esa misma
linea podrían ser dos personas a punto de conocerse pero, por
designios del destino, no se entremezclan sus corazones hasta tiempo
después. No encuentro nada menos original. Puedo escribir sobre la
crisis y la desidia que están asolando el mundo, tanto la económica,
como la facilidad que tenemos para explotarnos unos a otros por el
provecho de unos pocos. Demasiado radical y trillado. Puedo escribir
sobre el daño que hacemos al planeta con todos nuestros vertidos y
que todo lo que estamos haciendo es como girar una rueda, tarde o
temprano volverá a nosotros. Eso si que está trillado y es radical.
Supongo que no existen temas originales en este mundo de artistas
despechados. Es posible que la realidad de la vida sea cometer
errores en la juventud para comprenderlos a edades tardías. Es
improbable que todos me deis la razón en lo que escribo, así que no
espero que miréis al cielo en multitud con un desprecio en vuestro
rostro. Al contrario tampoco es factible. Pues sigo sin nada que
escribir y ya ha llegado la noche. Sin duda lo mejor es dormir,
descansar de tu día a día y mañana despertar...
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