miércoles, 22 de agosto de 2012

Bailar

No estaba solo. Se encontraba en un mar de canciones sin nombre y comentarios de dudosa existencia. Se encaminó a la barra y pidió su ya clásico Vodka con lima. La gente entraba al tuburio en oleadas. Las niñas se drogaban y momentos despues se follaban a todo lo que se movía. El chico buscaba su baile, su balanceo ocasional con otra persona que no buscase segundas intenciones. Alguien le pasó rozando, buscando su aprobación y su sexo. La dejó hacer pero no se mostró interesado. Volvió a apoyarse en la barra del bar y escuchó el sonido del local. Pasaron varias canciones hasta que llegó la suya. Apuró su copa y se dejó embaucar por el ritmo latino. Pronto se acercaron las pequeñas drogadictas buscando algo más. Siguió bailando hasta que se encontró con una pareja de baile. Dos canciones bastaron. Cambió la música de nuevo en el local. Sin mediar palabra se marchó para nunca volver a verla.

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